Seguidores

miércoles, 21 de julio de 2010

TRAS EL AMANECER


TRAS EL AMANECER. Capitulo:15 IRENE:


POV: IRENE


En los días que llevaba aquí, muchos para mi entender, había cambiado su forma de mirarme.
Al principio era con curiosidad, pero dejando ver algo de interés y deseo en sus orbes, pero ahora todo aquello se había tildado de unos ojos fríos y manipuladores.
Esto me decía que Aro, estaba perdiendo la paciencia conmigo.

“Irene, da igual que no quieras comer, no puedes morirte, solo sufrirás con la mas desgarradora sed y tu garganta arderá en llamas por toda la eternidad, si es eso lo que pretendes”

Esas palabras rebotaban en mi cabeza nublada, era algo inconcebible, el que el me dijera lo que tenia o no que hacer. Pero que razón tenia, mi garganta parecía albergar millones de puñales, desgarrando la piel de sus paredes, dejando que mi cabeza no pensara con claridad, y esto me preocupaba. ¿Qué pasaría si me ponían otra vez a un apetecible humano delante? Mi mente me decía que debía aguantar la tentación, pero mi cuerpo no era tan condescendiente.

Esas palabras retumbaban, si, y nada mas decirlas, ordeno a sus guardias que me bajaran a los sótanos del castillo, “Volterra” había oído decir, y aquí, en una sala de no más de tres metros cuadrados, y con un claro olor nauseabundo y húmedo, que me agitaba las fosas nasales, me retorcía en el dolor y el recuerdo de mi conversión. Había sido atroz, el fuego como lenguas hirvientes, arañando todo mi interior y dejando que mi sistema nervioso sucumbiera y me hiciera pedir la muerte durante tres días enteros. Esos recuerdos todavía no los olvidaba y creo que por mucho tiempo que pasase no los podría borrar nunca. Y eso me hacia mas fuerte, el dolor de mi garganta no era ni un uno por ciento de lo que en mi transformación había sentido, así que no me dejaría llevar, y me “moriría” de hambre si eso era lo que estos agresores querían. Pero matar a inocentes no entraba dentro de mi desdichada mente.

Para intentar no pensar en mi obsesionada sed, comencé a rememorar momentos humanos, ya había oído a la tal Jane, que si no repetías tus recuerdos mortales de vez en cuando, los perdías como si de borrar un disco duro se tratara.

Pero tampoco había mucho de mi vida pasada que valiera la pena contar o recordar, bueno, una cosa si, pero ya era inútil, el jamás volvería a estar en mi presencia, así que de que me serviría torturarme con su recuerdo.

¿Me conformaría con olvidarlo por siempre? No, si era la única manera de tenerlo todavía fresco en mi memoria, le detallaría a mi subconsciente que era y como era el dueño de mi alma y corazón humanos.

Empecé recordando como de sola me había sentido toda mi maldita vida. Mis padres adoptivos, Karen y Jack, habían sido muy buenos conmigo, pero mi falta de concentración era algo que les sacaba de quicio, lo podía notar. Yo había sido siempre muy distraída, siempre supuse que seria por que mi cabeza no funcionaba correctamente, pero con el paso de los años, mi padre me dijo que era por que tenia una sobrecarga de información en ella, y que debía reorganizar mis ideas, para poderme concentrar en la que eran verdaderamente importantes. Lo intente y descubrí que el tenia razón, mi mente era tan amplia, que podía tener acumulados tantos objetivos que a veces me sobrepasaba. El hecho de acordarme de las palabras tiernas de mi padre adoptivo, me hizo estremecer. Por mi culpa. Ahora estaban muertos, por mi culpa, por que el destino había querido poner en nuestro camino a estos indeseables que eran los Vulturis, seres sobrenaturales que se jactaban de ser los mas fuertes, la especie dominante.

Los rostros de mis padres todavía borrosos, empezaron a mostrarse ante mí, y quise hacer fuerza, para que esa pequeña imagen distorsionada se quedara a fuego tallada en mi retina, si no los podía tener ya nunca mas, por lo menos se merecían ser recordados por su hija ¿no?

Habían sido muy buenos conmigo, aunque yo hubiese sido una de esas adolescentes que siempre esta en la inopia, que no puede ser retada, puesto que no necesitaba mucho para que me provocaran, y el que unas animadoras de pacotilla, tuviesen fijación en mi, no me había hecho la adolescencia nada fácil.
Gracias di al cielo el día que aquel suplicio acabo, y empecé a trabajar, pero mi madre, cayo enferma y con tenerla que cuidar tuve suficiente, ella estaba tan frágil.

Vivamos en un pueblo pequeño rodeado por un bosque de pinos y abetos, que dejaba un aroma en los alrededores embriagador.

Un día de esos en los que después de mis tareas, quise estar sola, para reorganizar mis ideas, me alejé demasiado de la casa, y un extraño lobo gris se acerco a mi posición. Recuerdo ese día como si lo viviese ahora mismo, pero las imágenes en mis ojos, parecian estar tapadas por un desagradable velo, que hacia mis recuerdos algo nublosos.

El lobo se acerco a mí con paso rápido, y yo solo pude cerrar mis ojos con fuerza, como si ese acto valiera para espantarle. Pero cuando sabía que el impacto de su cuerpo con el mío era inevitable, algo paso, un fuerte viento se desato y yo me caí de espaldas, o quizás el mismo viento me empujo, dejando que el lobo y todo lo demás perdieran todo mi interés.

Cuando pude abrir mis ojos, vi a un chico, como un borrón, que forcejeaba con el maldito animal, y pronto el lobo salio corriendo, como si el chico le hubiese explicado la situación, de que comerme no era una buena idea.

Justo en ese instante decidí dar las gracias a mi salvador, pero este había desaparecido, se había esfumado como si de la nada se tratase. Y un intenso vacío lleno mi pecho, un dolor punzante por la perdida de algo que no tuve jamás. Aunque notaba la presencia de alguien cerca, no sabría decir que clase de sensación recorría mi cuerpo.

Despacio y con mayor tristeza que antes, empecé a caminar hacia mi casa, y se me hizo de noche, los árboles parecian todos iguales y creo que mi cuerpo cansado empezó a dar vueltas por los mismos sitios, ya que ahora ya no sabia para donde dirigir mi paso.

Cuando las fuerzas abandonaron mi cuerpo, me deje caer en la base de un árbol, posando mi espalda en el tronco de este. Ni siquiera note cuando mi cuerpo se tumbo por completo en el frío suelo, aunque debía agradecer que fuese verano y la noche no fuera del todo angosta.

Los escalofríos empezaron pasado un tiempo, y un sonido a lo lejos me sucumbió, temía por mi vida, ¿Quién me decía que no volvería a reclamar su presa el maldito lobo?
Pero mi cuerpo estaba tan cansado que no supe ponerme en pie.
Y volví a abandonarme en el sueño y la inconsciencia.
En esa inconsciencia sentí calor y los escalofríos pasaron, dejándome placidamente, arropada, como si el hombre de mis sueños me abrazara para poder entrar en calor.

Al abrir mis ojos, una sensación extraña me acogía por sorpresa, estaba en casa, en la entrada de esta, postrada en el balancín del pórtico. ¿Acaso todo había sido un sueño? Pero me parecía tan real que solo me imagine que mi padre me hubiera encontrado y me hubo traído a casa.
Al preguntarle, y después de recibir una gran reprimenda por alejarme tanto, me confirmo que no me había traído el, y aunque los fuertes brazos que lo hicieron todavía eran recordados por mi piel, no supe de quien se podría tratar, alguien había sido mi salvador, mi ángel de la guarda, y quedaría como un misterio el saber de su existencia.

Después de muchos días intentando buscar por los bosques, algún cazador o paseante que fuese el dueño de la identidad de mi desconocido, empecé a pensar que quizás si era fruto de mi imaginación.

Pero unas semanas después, cerca de un acantilado que tenia unas vistas estupendas, decidí bajar por el, agarrandome a los salientes de las rocas, y llegar con ello hasta la parte baja, donde poder tirarme de cabeza al mar. Mis manos fallaron en su agarre, y sin poder controlar mis pasos me resbale por la pared, quedando asida con una sola mano a un trozo de roca de precario aspecto.

Grite, fuerte, pero nadie parecía oírme, y no podía ejercer ninguna fuerza con mis pies, puesto que estos no podían llegar hasta la pared, la fuerza de mis pobres brazos no era suficiente como para alzarme a llegar hasta un lugar de descanso.

Entonces como salido de la nada, una mano firme y robusta, se tendió delante mío, ofreciéndome asilo.
Me aferre a ella como si de mi vida se tratase, y así fue como comprobé que el dueño de tan sedosa piel, era nada mas y nada menos que mi desconocido, que mi salvador, el chico que hacia unas semanas andaba buscando, que me había salvado por lo visto ya en dos ocasiones.

Tiro de mí con una fuerza sobrehumana, dejándome en tierra firme y protegida.

Nuestras miradas se cruzaron un segundo y una calidez embriagadora se desprendía de sus ojos, un sentimiento de pasión me golpeaba con fuerza, desde lo mas profundo de mi estomago, notando las famosas mariposas que se deben de sentir, cuando alguien se enamora, era tan bello, tan perfecto.

Y justo cuando mi aliento estaba dispuesto a empujar las palabras de agradecimiento, el chico desapareció, en un parpadeo deje de verlo, como si una alucinación acabara de pasarme.

Desde aquel momento me obsesione, y lo mas tormentoso era que en sus ojos pude ver lo interesado que estaba el en mi, pero ¿por qué había huido? ¿Por qué me hubo dejado sola?

Me debatía conmigo misma para no ponerme de nuevo en peligro mortal, si esa era la forma de volverlo a ver, pero ¿como saber si solo hubieron sido unas tremendas casualidades?

Mi cuerpo en la celda de los malditos Vulturis gritaba, no solo de dolor físico, no, si no del mas confuso y enorme daño emocional. Por que ya no tendría la oportunidad de volverlo a ver, de saber si existía de verdad, y es que en mi interior, sabia que me había enamorado de alguien a quien no conocía.
Que extraña sensación recorría mi cuerpo, cuando pensaba en que cada vez que recorrí esos bosques, el desde algún sitio me observaba, era tan poco cuerdo mi pensamiento.

El día que los vulturis masacraron a mi familia, que gracias a Dios doy por no haberlo presenciado del todo, puesto que esas imágenes no podrían salir nunca de mi mente si hubiese sucedido, ese día, creí verlo, creí sentirlo, si, a mi desconocido, a mi guardián y salvador, pero supongo que no fue así, puesto que si el hubiese estado, me habría salvado de aquel cruento final que me deparo el destino.

Y mejor así, por que el saber que el estaría a salvo, que no fue visto por tamaños monstruos, me dejaba mas tranquila, de lo contrario, saber que el hubiese tenido el final de mis padres, me habría matado el alma, mas aun que el haberme convertido en esto que ahora era, un despojo, un engendro, una aberración sedienta de vida humana. Me dolía todo, y mi cuerpo y mente perecían ante el futuro incierto que se me postraba.

Ya me habían dejado claro que no podría claudicar de en lo que ahora me había convertido, y ese hecho, me malgastaba por dentro. No recuperaría mi efímera vida.

Pase llorando sin lagrimas, todo el tiempo que ellos quisieron tenerme aislada, y en un momento en el que ya no podía pensar nada mas que en mi sed, la puerta que me tenia presa se abrió, dejando ver al culpable de mi tormento, al indeseable asesino de mi familia, Aro.

Y no pude controlar mis actos, que salieron de mí como si de un volcán en erupción se tratara, cerré mis puños, mostré mis dientes, y arremetí contra su cuerpo.

Este capítulo lo ha escrito mi gran amiga Irene, yo cree el personaje de Irene dedicado a ella y nadie mejor podía describir este personaje.
Muchísimas gracias no sabes lo que significa para mi que mi gran escritora me haga un capitulo para mi historia, te quiero.
Comenten el capitulo ella se lo merece, su talento es sobrecogedor. Por si alguien no la conoce que lo dudo su blogs son: http://ireneneconmenado.blogspot.com
http://esperandoanochecer.blogspot.com

5 comentarios:

Isabella Macouzet dijo...

hola mi tia leire ja, ja ya te nombre parte de mi familia porque Irene es mi hermana, lamento no haber podido comentarte mas pero te revelo que ya me puse al corriente asi que fue una super sorpresa ver que ya habias publicado
¡que emocion!

Y las cosas se estan poniendo super interesantes.

Un beso.

p.d. En tu lista de blogs me tienes como lazos de sangre tia, recuerda que ahora soy utopia escarlata.

Irene Comendador dijo...

Mi vida, me alegro que te gustase como quedo el capi, lo hice con todo el amor del mundo, y disfrute mucho con ello, te mando un beso, y ya estoy deseando ver como sigue esta maravillosa historia,
te quiere siempre
Irene

leire dijo...

Isabella,mi sobrinita,ufff me encanta este parentesco,muchas gracias mi niña por leer mis historias,el capitulo de Irene a sido ummm, no se como describirlo,increible como todo lo que hace nuestra querida Irene ella es unica y todo lo que escribe es igual de especial que ella.
Cielo hay una historia no se si habras leido se llama Perdido en el silencio,es algo especial para mi, me gustaria que me comentaras que te parece.
Cuanto lo siento,lo de los blog lo hice al principio y no lo he vuelto a tocar ya sabes que soy un desastre,encuanto invetigue como cambiarlo lo hago mi niña,pero el boton esta bien,¿no?
UN beso cariño,gracias por regalarme tu tiempo leiendome.

leire dijo...

Irene, cuanto más leo el capitulo más me gusta,si pudiera lo enmarcaria es tan tan.....perfecto,me he enamorado del personaje,tu talento no tiene fin,es impresionante como te metes en el personaje y haces que sientas su angustia,eres un genio mi vida.
Un beso cariño,muchas gracias por hacerme este capitulo,te quiero

Irene Comendador dijo...

Pues creeme si te digo que lo hice con mucho mucho gusto, porque esta historia la considero parte mia, desde sus principios me meti en ella de lleno, dejandome marcada en la mente, todas y cada una de tu letras, y el que me hayas dejado poner mi granito de arena, me hace muy feliz, y me siento muy Halagada por ello, de veras
No se si me quedo tan bien , pero saber que te ha gustado es lounico que necesito, y siempre que me necesites, solo has de pedirlo cariño.
Que te lo pases muy bien en tus vacaciones mi vida, y disfruta de mi niña, que os lo mereceis todo.
Te quiero mucho
Irene