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jueves, 22 de julio de 2010

PERDIDO EN EL SILENCIO (segunda parte)


PERDIDO EN EL SILENCIO.
SEGUNDA PARTE.

Al llegar a casa fui directa a la ducha, bajo el agua caliente mis músculos empezaron a relajarse en mi mente seguía clavada la mirada de ese chico, la primera vez que sentí su mirada sentí una expresión de suplica, sin embargo la segunda vez que su mirada se clavo en la mía era una mirada tierna llena de agradecimiento, pero mi miedo no se debía a su mirada, el miedo era a l ilógico, sabía que ese fenómeno no se podía producir, eran muchos años de experiencia, conocía el estado de estas personas, sus ojos podían permanecer abiertos, pero jamás podrían fijar la mirada, su sistema nervioso estaba dañado de por vida de manera irreversible. Una vez fuera de la ducha me tome una tila y me acosté, había sido un día muy largo y mi cuerpo y mente me pedían descansar, increíblemente esa noche me dormí y no desperté hasta el sonido de mi despertador.
Una vez en camino a mi trabajo en el coche, en el atasco mañanero de todos los días, me puse a valorar lo sucedido, mi mente estaba despejada, decidí que nada ni nadie destruiría lo que tanto me había costado conseguir, tenía el trabajo de mis sueños como desaprovechar una oportunidad como esa, solo por mis imaginaciones, eso es lo que quería creer, todo había sido fruto de mi imaginación, yo era dueña de mi vida y no dejaría que un hecho como ese me hiciera reaccionar a la desesperada, siempre había tenido mucha fortaleza no dejaría que esto me dañara. Me marque un esquema a seguir, no leería nombres, solo serian habitaciones con números, solo haría mi trabajo, no dejaría que me influyera en mi vida, mi trabajo terminaba a las cuatro de la tarde y allí acabaría todo, desconectaría como si mi celebro fuera una maquina.
Subí a planta y me cambie en el cuarto de enfermeras, cogí mis carpetas y me puse al trabajo, pase por cada habitación haciendo mi trabajo, al llegar a la habitación 315 entre como si fuera una cualquiera, este chico seria un paciente más, fui directa a los monitores para ver el estado de sus constantes habían mejorado mucho desde la noche anterior, le cambie una vía que tenia suelta seguramente provocado por los ataques epilépticos que tuvo el dia anterior, administre medicación y le puse la alimentación por uve, mi trabajo había terminado Salí de la habitación y respire profundamente, todo había sido normal, el día se desarrollo con normalidad, estaba en mi ratito de descanso en el ofis, comiendo una manzana y leyendo un libro, mi estomago no toleraba la comida de hospital, prefería descansar que comer a toda prisa en una cafetería atestada de gente, una compañera entro y me aviso que una tal Mariela me buscaba en control, cuando llegue a control mi cuerpo empezó a temblar se trataba de la madre del chico, no entendía como podía estar en pie, tendría que estar en cama por lo menos unas 48 horas, me acerque a ella e intente ponerme mi coraza pero todo intento fue imposible, la salude mu fría, solo la reproche que en su estado no debía estar en pie, me informo que había pedido el alta voluntaria, a ella no le pertenecía este hospital la querían trasladar al publico que la pertenecía, pero se negó a irse, izo un gesto que rompió cualquier coraza que quisiera ponerme, cogió mis manos y puso una caja en ellas, la caja era de cuero rojo cuadrada, intente hablar pero mis palabras se trababan en mi lengua,
- Esto que es, yo, yo… no puedo
- Por favor, ábrelo es para ti.
Al abrí la caja había una medalla de oro reluciente era del tamaño de una moneda de 2 euros con un lazo azul oscuro.
_Yo no puedo coger esto, no entiendo porque usted me da esta medalla.
_Es la medalla de Esteban, se la dieron en el ejército al valor.
¬_ Pero porque me la da mí, yo no puedo aceptarla, seguro que él estaría muy orgulloso de que usted la tuviera.
_ No puedo decirte como, pero sé que mi hijo quiere que te la de a ti.
Mi cuerpo se petrifico al escuchar a esta mujer, solo pude darle las gracias y retirarme.

Pasaron varios meses y yo seguí en esa planta, todo había vuelto a la normalidad y me encantaba el trabajo que realizaba, tenía muchas horas de quirófano donde aprendía muchas cosas y eso me encantaba, también pase a formar parte del grupo de asistente social donde proporcionábamos ayuda a los familiares.
Me había hecho muy amiga de Mariela la madre de Esteban, ya podía decir su nombre sin miedos, conocía la historia a la perfección, los quería, a Mariela porque era un amor y tenía un coraje inigualable, su amor por su hijo me fascinaba, y a Esteban porque le conocía a través de su madre como si le hubiera conocido toda la vida, detrás de ellos había una historia muy triste: Esteban era hijo único y su padre falleció siendo el muy pequeño, Mariela lo saco a delante ella sola limpiando casas y portales, el sueño de Esteban era ser medico pero su nota no fue demasiado alta y no podían costear una carrera, el decidió meterse al ejército durante unos años, le daban la oportunidad de estudiar y le apasionaba la idea de ir a países de colaboración de ayuda, quería ser misionero de ayuda a países subdesarrollados, y el ejercito le daba esa oportunidad además de tener un sueldo para ayudar a su madre, su sueño era quitar a su madre de fregar, Mariela siempre lo repetía, quedaban 2 días para que saliera de misión a un país iría de apoyo logístico, el ya iba como sanitario y estaba eufórico por ir, salió a celebrar su partida y su despedida con sus antiguos amigos, nunca pensó que la despedida seria un adiós para siempre, su coche quedo atrapado en un cruce de vías de tren y fue arrollado, iban dos personas en el coche, Esteban y su mejor amigo, su amigo murió en el acto y Esteban tubo un traumatismo craneoencefálico severo, le practicaron varias operaciones pero el daño cerebral era irreversible, quedaría en coma el resto de sus días.
Mariela le leía cada día la prensa y le ponía música de sus grupos favoritos, todas mis compañeras decía que esta mujer estaba loca, pero yo la admiraba, veía a su hijo postrado en una cama viendo como cada día se le escapa sus últimos días y ella siempre tenía una sonrisa, hablaba a su hijo como si la escuchara, sus palabras llenas de amor, quien puede juzgar a una madre que ve morir a su hijo, si era locura ó no me daba igual, yo la entendía.
Pasados unos meses el corazón de Mariela no resistió y murió de un ataque al corazón, como ella decía su corazón se rompió el día que le dijeron que su hijo estaría en coma durante años, meses, días hasta que muriera, y que aunque ella intentaba recomponerlo para no dejar a su hijo solo, no podía recomponerlo. Gracias al grupo de asistente social donde yo pertenecía habíamos arreglado todo para que Esteban se pudiera quedar en el hospital, después de mucha burocracia la compañía de seguro tuvo que ceder, Mariela había dejado un poder a un abogado para si ella faltaba se hiciera cargo del bienestar de su hijo,
Una vez que me despedí del cuerpo de Mariela, fui a ver Esteban, me senté junto a él durante un rato, buscando las palabras y la fuerza para hablar, después de lo sucedido jamás le había dicho ni una palabra, cerré los ojos y mis palabras salieron: _ Lo siento, lo siento mucho, su corazón no ha resistido, la hemos perdido, todo está arreglado, tanto lo de tu madre como lo tuyo, te quedaras aquí, no estarás solo, yo estoy aquí. No pude decir nada más, no tuve el valor de mirarle y Salí de la habitación.
Pasadas unas semanas, todo se me hacía muy duro, se me rompía el alma al entrar a la habitación de Esteban y verle solo, por mi mente pasaban cosas sin sentido pero si era verdad que él podía oír ó sentir, que infierno estaría pasando, no recibía visitas, solo escuchaba las conversaciones de las enfermeras al pasar a la habitación, como echaría de menos a su madre, ese día rompí con mi cordura, entre en la habitación como si se tratara de cualquier enfermo despierto, levante las persianas y empecé hablar, al principio cosas básicas, como estas, como pasaste la noche, le contaba cosas que me habían sucedido en el hospital, cotilleos y poco a poco se convirtió en mi confidente, le contaba todo lo de mi vida, le leía cosas que escribía, empecé a leerle la prensa cada mañana como hacia su madre, le lleve mi mp3 para ponerle música, algunas de mis compañeras se enteraron y me tacharon de loca, gracias a mi coordinadora Sor Olga, que me conocía bien, solo me dijo haz lo que te dicte el corazón y no tuve problemas en el trabajo, Sor Olga mandaba más que el propio dueño del hospital, ella tenía 63 años había estado desde que se fundó el hospital.
Mi locura no tenía fin, ya no solo hablaba con Esteban, si no que me daba pena no hablar con los demás y empecé a tratarlos como si fueran pacientes normales, algunos familiares les gustaba y otros quedaban extrañados.
Un día mientras que le hacia el reconocimiento a Esteban, ya le miraba sin miedo y sentí su mirada clavada en mi, puse mi mano sobre su cara y le pregunte si podía escucharme, sus ojos brillaron y sentí como su piel se estremecía, tenia piel de gallina, muy tranquila seguí mirándole, sus ojos no miraban igual que los demás, le dije que quería ayudarle pero que tenía que hacer un esfuerzo, llamaría a un medico de Uci pero que él tenía que hacer lo mismo que cuando yo le hablaba, el médico vino y le hizo un examen completo, yo tuve que exagerar para que me hicieran caso, les dije que le había visto mover la mano, después de muchas pruebas incluso escáner, todo demostró que su sistema nervioso estaba igual, no había cambios, su mirada fija y movimientos involuntarios serian producidos por impulsos nerviosos.
Empecé a investigar por mí misma, leí cientos de libros e investigue por internet su traumatismo, hable con médicos de otros hospitales, especialistas en la materia, pero todo se resumía a lo mismo, Esteban no tenía posibilidades de despertar jamás, ni siquiera un impulso controlado como el de fijar la mirada ó escuchar, había mandado sus informes a muchos médicos y todos coincidían en la respuesta. Solo en internet encontré otros sentido a lo que le pasaba a Esteban, el solo reaccionaba de ese modo conmigo, la explicación eras buscar en algo sobrenatural, él quería ponerse en contacto conmigo, lo presentía, siempre me dio terror lo sobrenatural, no me gustaban las cosas que no tenían un sentido lógico, pero mi lógica había desaparecido hacia un tiempo.
Había días que por el trabajo no me daba tiempo dedicarle un ratito, al final de mi jornada siempre me pasaba a despedirme, un día al despedirme, mientras cerraba la persiana para que no le entrara tanto sol, sentí a mis espaldas como si alguien me observara, me gire rápidamente y ahí estaban sus ojos clavados en mi, su cabeza girada hacia el lado que estaba, su cuello se movía sin control, pero no era esa posición era como si él se hubiera girado para mirarme, intente calmar mi miedo y me acerque a él, con la mayor tranquilidad que pude le hable:
_ ¿ Tú has girado la cabeza?, no había novedad ninguna, tan solo su mirada fija en mis ojos.
_ Esteban, me estoy volviendo loca, ayúdame a entender que pasa.
Sus ojos brillaban más que nunca y me da igual lo que todo el mundo cree llera después, yo vi su lagrima caer por unos de sus ojos, mi alma se hizo pedazos, puse mis manos en su cara: _Tranquilo, sé que me escuchas pero que no puedes ayudarme, no hace falta, yo seguiré aquí, me incline hacia él y le abrace, descanse mi cabeza sobre su pecho, el sonido de su corazón era fuerte como si no, el no era un enfermo, el tenia el corazón de un chico joven y deportista, ese día me fije en el de otro modo, ahora no era su enfermera, era un chico tremendamente guapo, su cuerpo iba perdiendo masa muscular pero en el todavía quedaba los restos de un cuerpo bien formado en gimnasio. Aquella tarde me quede hablándole de toda mi infancia y adolescencia, cuando llego la hora de irme me acerque para darle un beso en la mejilla pero un impulso me hizo besarle en los labios, una nueva lagrima cayo de sus ojos, me despedí diciéndole que en tan solo unas horitas nos veríamos de nuevo. Por mi cabeza pasaba el informar otra vez a los médicos de este hecho, pero ya lo había hecho en otra ocasiones y me decían que era sequedad en la retina que le aplicara suero fisiológico, yo sabía lo que era la sequedad de retina la veía todos los días en mis pacientes incluido Esteban, pero sabía que esto no era eso, el lloraba.
Según pasaba el tiempo iba viendo como mi mente enfermaba, se podía llamar depresión en manera técnica, lo que sentía era una gran tristeza, mi carácter y persona cambiaron, había dejado de ser esa chica divertida, extrovertida y con una gran sonrisa siempre, mi fortaleza se debilitaba, sentía una lucha interna, me sentía triste de no poder disfrutar de mi vida, mi familia, mi hija, me estaba perdiendo momentos de mi vida que jamás recuperaría, había llegado al límite de mis fuerzas, tenía que tomar una decisión, tenía que volver a coger las riendas de mi vida, por un lado quería de una manera que no podía explicar a Esteban, sentía que me necesitaba, pero también me necesitaba mi familia, mi hija, las dos cosas no eran compatibles en mi vida, lo había intentado pero no funciono, sentía que estaba perdiendo a mi familia, no quería criar a mi hija viéndome en ese estado, mi tristeza se palpaba, deje de querer salir y hacer cosas con ellos porque mi estado de ánimo no me dejaba, sentía que me moría en vida.

Tome la decisión más dura de mi vida, quería ser feliz, por lo que escribí una carta de despedida para Esteban, estaba segura que no podría decírselo con palabras, siempre me había expresado mejor escribiendo que con palabras:
Querido Esteban el destino nos unió en un tiempo equivocado, no era el momento de que nuestras almas se unieran, te quiero y te querré el restos de mis días, no puedo permanecer más a tu lado, mi vida se me va de las manos, siento que la estoy perdiendo, sabes cuánto amo a mi hija y marido, también los estoy perdiendo, mi vida sin ellos no tiene sentido, intentado compaginar mi vida con mi trabajo, contigo, y no es posible, tu y todos los que estáis aquí me estáis rompiendo el corazón, no puedo seguir, siento que voy a enfermar si no paro a tiempo, siento dejarte, soy egoísta, quiero disfrutar de la suerte que tengo de tener una vida, créeme que no lo hago por mí, es por mi hija y marido, a mi hija la traje al mundo para cuidarla y hacerla feliz, y a mi marido no puedo ver como sufre por mí. Creo en la reencarnación y sé que nuestras almas se volverán a juntar en otra vida y esta vez será diferente, mientras tanto te digo a dios y pido tu perdón. Te quiero.
Con un nudo en la garganta y mil lagrimas saliendo de mis ojos conseguí leerle esta carta a mi Esteban, le di un beso en los labios y me despedí para siempre, sus ojos permanecieron cerrados en todo momento, le di las gracias por ponérmelo tan fácil, no habría aguantado su mirada fija en mi.
A si puse fin a una parte de mi vida, deje mi trabajo, no podría seguir trabajando como enfermera aunque fuera en otra área. Las personas cometemos errores el mío fue equivocarme de profesión, demasiado débil para algo tan duro, mi personalidad no era compatible con mi trabajo, de los errores se aprende y yo había aprendido del mío.
Pienso en lo egoísta que fui, le deje perdido en el silencio, por ser feliz, hice mal, no lo sé, lo que si se es que en esta vida solo se vive una vez y a mí me brindaba cosas que quería vivir, tenía una familia con una hija fabulosa, tenia salud, hice mal en elegir vivir, supongo que cuando llegue el momento sabré como valoran mi alma, y si fui egoísta ó no.
Tenía dos opciones, perder a mi familia y quedarme junto a él en su silencio hasta que muriera, ó retomar mi vida junto a mi familia, coger lo que me brindaba la vida, ser feliz a costa de ser egoísta, no me siento orgullosa por ello, pero fue mi decisión y aceptare las consecuencias.
Muchas noches sueño con él, recuerdo momentos vividos, y otros son fruto de mi imaginación, sueño que está despierto y el y yo estamos juntos en otra vida, nuestras almas juntas para siempre.
Esteban, te deje perdido en el silencio, parte de mi también quedo perdida en tu silencio, perdona mi egoísmo y espérame cuando tu silencio se acabe, nos volveremos a ver, donde nos depare el destino. Gracias por haber existido.
FIN.

Espero que os haya gustado, para mí ha sido muy complicada escribirla. Un abrazo.

3 comentarios:

Irene Comendador dijo...

Cariño , como puedo escribir esto, no se, estoy en un mar de lagrimas , me duele el pecho, solo pensar en esta historia se me ahce un nudo en la garganta que es dificil de apartar.
no puede decir tu protagonista que esegoista, no, la vida nos da a veces cosas qeu nuestros cuerpos y mente no son capaces de aguantar, cosas que son tan duras, fuertes y debastadoras que no puedes ponerlas dentro de tu piel, por que te hunden por que te machacan, y no solo te machacan a ti, no, van acabando con todo a tu alrrededor tambien
por eso a veces no hay que hacer lo correcto, no, hay que hacer lo que sea menos doloroso, menos dañino par auno mismo o para lso qeu uno quiere
es como cuando alguien dice las palabras magicas, "mentiras piadosas", si m son mentiras y por ello son malas, pero que consecuencias tendrias las verdades, quizas demasiado malas, por ello a veces hay que ejercer esas mentiras malas pero con buena intencion
no se si me estoy explicando con claridad
pero si dejo a su paciente y ejercio esa solucion mala, solo fue con una buena intencion para no solo su persona, no, si no para los que la rodeaban, para no hacer sufrir a los suyos , a sus seres queridos.

Un beso mi amor y quiero que sepas que es lo mas emotivo y bello que he leido nunca, gracias por atreverte a publicarlo, ya veras como la respuesta delas personas es muy positiva, y como tus miedos al que pensarian eran totalmente infundados, por que cariño te quedo perfecto
te quiero mucho y siento como siempre alargarme tanto en mis opiniones, ya sabes que soy unpoco parlanchina y hasta con las teclas me pasa
un beso de tu confidente, amiga y hombro en el que llorar
Irene

ܤ Dulcinea dijo...

hola niña, me dejaste sin aliento. Lo que escribiste me encanto, es muy hermoso y a la vez triste, me quede sin palabras. Eres muy buena escribiendo, nos relatas cada momento con una perfeccion, que es como que lo esta viendo con sus propios ojos desde algun punto. Me encanto, me encanto, me encanto, es lo unico que se me ocurre escribir en estos momentos. =)

Espero tengas un hermoso dia, muchos besos.

Atte: Anto

Lidia dijo...

Hola Leire cariño ahora te sigo en Perdido en el silencio me ha encantado aunque un pocquito triste un besazo cariño.Lidia