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miércoles, 21 de julio de 2010

PERDIDO EN EL SILENCIO


Constara de dos partes.
Primera parte:

PERDIDO EN EL SILENCIO.


Mi sueño se había cumplido, mis esfuerzos serian recompensados, todas las horas perdidas de diversión para dedicarlas a estudiar darían su fruto, por fin era enfermera, mi sueño hecho realidad. Nunca pensé que este sueño se fuera a convertir en mi peor pesadilla.
Habían pasados años desde mi titulación, ambule de hospital a hospital pero no llenaban la aspiración a la que yo quería llegar, no me conformaba con pasar medicación y ocuparme del instrumental de un quirófano, quería que todo el esfuerzo que había hecho para conseguir mi sueño valiera para algo más, no me sentía realizada con el trabajo que desempeñaba, quería sentirme más útil.
Llego a mí el puesto que tanto deseaba, se trataba de un hospital privado, mi puesto seria de enfermera pero en este hospital no habría las prisas que yo tanto odiaba en la seguridad social, podría dedicar más tiempo a los enfermos, me sentiría más útil.
Después de hablar con la coordinadora del centro me destino al aérea de Daño cerebral, decía que después de hablar conmigo, creía que me sentiría muy bien en este nuevo trabajo, durante un tiempo vi cumplido mi sueño, tenía tan solo unos 20 pacientes por lo que podía dedicarles mucho tiempo, eran personas que por su enfermedad eran supera gradecidos, me sentía muy bien con mi trabajo, sentía que ayudaba, me sentía útil.
Al pasar un tiempo me especialice en esta rama y mis trabajos aumentaron en el hospital, pase a planta a la zona de cuidados intensivos, estaba muy ilusionada con este trabajo, sentía que avanzaba.
Los primeros días fueron duros estas personas estaban en coma y sin ninguna oportunidad de despertar, su daño cerebral era irreversible, estarían en este proceso hasta que un órgano vital fallara, la mayoría de los enfermos, teníamos una orden de no reanimación firmada por familiares ó por un juez, era triste ver a los enfermos pero aun era más duro ver a los familiares, como en su cara se dibujaba la desesperación, la rabia, el dolor, la resignación. Pensé en pedirle a mi coordinadora que me cambiara, aquí no me sentía útil, no podía ayudarles, solo podía ver como irían muriendo.
Pedí el traslado y me dijo que no habría problema pero que tendría que quedarme unos días hasta que encontrara a nadie, nunca pensé que en estos días me fuera a marcar para el resto de mi vida.
Hubo un ingreso nuevo desde la uci, por el historial se trataba de un chico joven 23 años, accidente de tráfico, traumatismo craneoencefálico severo con pérdida de masa craneoencefálica, 6 meses en uci, cerré el historial y no quise seguir leyéndolo, se trataba de un cp (caso perdido).
Entre en la habitación para ayudar a mis compañeros de Uci acomodarlo en su nueva habitación donde pasaría el restos de sus días, al entrar a la habitación sentí un frio en todo el cuerpo, mi piel se puso de gallina, era rarísimo en el hospital el calor era siempre agobiante, ni siquiera mi minúscula bata conseguía quitarme el calor.
Salude a mis compañeros y me acerque al nuevo paciente, un dolor en el pecho punzante me corto la respiración, sentí mareo, no sabía que me estaba pasando, a estas alturas mis ojos habían visto de todo, que podía haber que me hiciera sentir de esa manera, intente serenarme pero no pude, pedí disculpas y me retire de la habitación, corrí al baño y vomite todo el desayuno, pensé que solo se trataba de eso, algo me había sentado mal, respire profundamente y me sentí mucho mejor.
De vuelta a la habitación pensé en lo sucedido, solo había sido un mareo, pero en mi mente estaba clavada esa primera imagen de ese chico, solo le mire durante unos segundos, sus ojos marrones claros se clavaron en los míos, era imposible, el estaba en coma, podía tener los ojos abiertos pero nunca fijar la mirada como lo hizo, todo había sido una mala pasada de mi mente, no me sentía bien, y era la repuesta mas obvia.
Mis compañeros ya habían salido de la habitación, tenía que entrar yo para supervisar que todo estuviera colocado, vías, sondas, electrodos, maquinaria, etc.., me dirija a la habitación cuando me encontré con una señora alta de pelo castaño oscuro y muy alta en ella se escondía una belleza oculta por unas ojeras y una cara demacrada por el dolor, se acerco a mi y me pregunto por su hijo, le habían subido de Uci, supuse que se trataba de este ultimo chico, le pedí que me acompañara a la habitación que yo era su enfermera,
Al entrar a la habitación me sorprendió la reacción de esta mujer, su cara cambio y dibujo una gran sonrisa, se dirigió a su hijo como si este estuviera despierto: “Buenos días, como te encuentras hoy, el metro como siempre hijo, un horror, te traigo la prensa y un cd nuevo”, mi cara debió ser un cuadro, la mujer me miro, se sonrió y me dijo que ella le sentía vivo y que no creía a los médicos que su hijo despertaría, que estaba segura que el podría escuchar, no quise darle información sobre los estudios realizados sobre ese tema, se trataba de una madre que tendría que ver como su hijo moría lentamente, quien era yo para quitarle esa idea, me limite a sonreírla y me puse con mi trabajo, tuve que pedirla que saliera fuera de la habitación, muchas cosas que tenía que hacer no era algo para que un familiar lo contemple, salió de la habitación y me puse con mi trabajo, tome constantes para grafica, toma de sangre, cambie las vías que llevaban mucho tiempo y pase al sondaje vesical (orina) al descubrirle la parte de abajo, contemple un precioso tatuaje en la pierna derecha se trataba de la cara de un lobo y unas letras en latín, de algo me serbio la dichosa asignatura, jamás pensé que me fuera a servir para algo, la frase decía: “Lo que no me mata me hace más fuerte”, irónico pensé, me decidí a mirarle a la cara no lo había hecho hasta el momento, sus ojos permanecían abiertos pero esta vez su mirada estaba perdida, sus pupilas dilatadas decían que todo era normal en su estado, sentí bien estar estaba en lo cierto todo había sido fruto de mi imaginación.
Salí de la habitación y me dirigí a la sala de espera para avisar que ya podría entrar en la habitación, cuando llegue a la sala de espera, no había nadie, en un asiento estaba los periódicos y el cd que llevaba la señora, pase al cuarto de baño por si había entrado y allí la encontré en el suelo tirada, me incline sobre ella y le cogí las constantes, eran débiles, pedí ayuda y la trasladamos al box de reanimación, había sufrido un ataque al corazón, una vez estabilizada la trasladamos a planta de cardiología, cuando me puse a buscar los informes del chico para avisar de lo sucedido, no había ningún teléfono, me puse en contacto con la asistente social y me informo que conocía el caso por la ayudaba que en su momento pidió esta señora, no tenían familia y esta señora había vendido su casa y todas sus pertenencias por estar al lado de su hijo, dejo de trabar para estar a su lado día y noche.
Sentí tanta tristeza por aquella mujer que una vez terminado mi turno, me quede con ella hasta que despertara, no tardaría mucho en despertar, me daba tanta pena que despertara y que no tuviera a nadie al despertar.
Pasadas unas horas, despertó, le explique lo que había pasado, se puso histérica, intente calmarla, no era bueno en su estado, encontré la frase clave, “si no se tranquiliza le volverá a repetir el infarto y esta vez su corazón no resistirá, su hijo la necesita”, no sé todavía como salieron esas palabras de mi, nada más decirlas me sorprendí, lo importante es que funcionaron, ella se calmo, me pregunto por su hijo y le informe que todo estaba igual, me pidió por favor poder verle, que tenía que explicarle lo sucedido, que él estaría muy nervioso el no saber nada de ella, el sabia que ella no se separaría de su lado jamás, le dije que era imposible en su estado solo hacia unas horas le habíamos practicado un cateterismo, no se podía mover era peligroso, me rogo que por favor fuera yo y le explicara lo sucedido, le dije que si, solo para que se calmara, era de locos pensar que yo bajaría a informar a alguien que está en coma de que su madre le ha dado un infarto pero que se recuperara, me fui de la habitación prometiéndola que lo haría, bajando por el ascensor dirección a la calle para coger mi coche e irme a casa de una vez, el ascensor paro en la planta donde estaba ingresado este chico, entro un medico de Uci, no era normal que un medico estuviera a esas horas en planta, le pregunte si había pasado algo, me dijo que algo raro había pasado, que al chico nuevo le habían dado tres ataques epilépticos, que en su estado no era normal, su función cerebral hacía tiempo que había dejado de funcionar, que seguramente no pasaría de la noche, había muchas posibilidades de que fuera un coagulo.
Al llegar a mi coche, no atinaba con la maldita llave, volví a sentí ese dolor en el pecho y las nauseas, lo racional abandonaba a mi mente, dejaba paso a mi instinto, volví hacia el hospital, me preguntaba por el camino que diablos estaba haciendo, mi trabajo había terminado hace horas, si mi trabajo había terminado pero seguía siendo persona, esto no lo haría como enfermera, solo seria yo, no podía dejar morir a una persona aunque supiera perfectamente que no me podría oír, intentaría decirle que su madre se encuentra bien, que ella mismo me pidió que fuera a decírselo, aunque no me oyera mi conciencia quedaría tranquila.
Me arme de valor y entre en la habitación, como podía haber empeorado tanto en tan poco tiempo, los cables se habían multiplicado y sus constantes caían en picado, me acerque a él y le cogí de la mano una extraña sensación invadió mi cuerpo al tocar su piel, le hable lo más bajo posible pero que me pudiera escuchar, no quería que nadie del hospital se diera cuenta de lo que estaba haciendo, respire hondo y le dije: “ siento no haber venido antes, tu madre se encuentra bien, esta dos plantas más arriba, sufrió un infarto pero lo ha superado se está recuperando muy bien, quiso venir pero no la deje es peligroso en su estado, me pidió que viniera yo a decírtelo”, Sus ojos se abrieron y volví a ver su mirada fija en mí , me asuste y Salí corriendo, cogí mi coche y me fui a casa con la idea de no volver nunca más a esa habitación.

Es algo diferente a lo que acostumbró escribir, no tiene que ver nada con la saga, es algo más personal, quería compartirlo, solo hay una parte más la pondré muy prontito.
Siento no haber publicado Eclipsada, pero esto era algo que me rondaba por la cabeza y quería sacarlo, comenten que les pareció, un abrazo.

2 comentarios:

Irene Comendador dijo...

Cariño, ya te lo dije pero te lo repito, es impresionante, creoq ue no he llorado tanto con una historia en toda mi vida, por que emociona hasta los huesos, por que te pone la piel de gallina y te hace valorar muchos aspectos de la vida en lso que habitualmente no pensamos, gracias por poner esta historia en mi vida, la acogere en mi corazon por siempre, y cuando necesite un nuevo y profundo punto de vista de las cosas malas que pasan, la volvere a leer, por que saca de mi cosas que me gustan, gracias de nuevo
te quiero con todo mi alma, auqnue eso ya lo sabes

besos Irene

leire dijo...

Irene,tu mejor que nadie sabes lo que me ha costado publicarla,estoy feliz de haberlo hecho,si tu me dices que te vale para sacar cosas de ti cosas que te gustan ó te sirve como dices para que te valga para ver las cosas de otro punto de vista,para mi es el mejor reconocimiento,todo el dolor habra merecido la pena.
La segunda parte es un poco más dura,por lo menos para mi.

Un beso y gracias por apoyarme siempre,yo tambien te quiero, para mi heres la hermana que siempre he deseado tener,soy hija unica,siempre me encontre muy sola y deseé tener una hermana.Gracias